El dinero de la minera procesada por delitos federales
Por Carlos María Pagano Fernández (*)
“Poderoso caballero/es don Dinero” (Fco. de Quevedo)
Neto y discreto: así pasó el viernes 18 por la UNSa. su Doctor Honoris Causa, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, invitado por el Rectorado para debatir la opción del Consejo Superior sobre los “dineros de muerte” como calificó él mismo a los legales dineros de Minera La Alumbrera para las universidades nacionales –entre ellas, la UNSa., añadiendo que es como recibir dinero del narcotráfico, también de muerte. Con esas afirmaciones, confirmó su posición escrita mediante carta a los rectores de esas Casas de Estudio (de junio pasado), con el comentario de que la universidad debe formar al estudiantado en la toma de partido en defensa de la vida de las comunidades a las cuales pertenece. Fue neto en su posición. En cuanto a qué debe decidir sobre ellos la universidad estatal salteña, dejó “abierto el debate” para que se estudie con sentido de búsqueda de una verdad que no pertenece a nadie, subrayando que él mismo no la tiene. Fue más que discreto, tratando de conciliar lo inconciliable, pues se sentía obligado, creemos, por los anfitriones. (Muy brevemente sobre el contexto de esos dineros, se puede ver en mi anterior nota al respecto, como por ejemplo: http://argentina.indymedia.org/news/2009/09/692198.php).
En realidad, el debate en la UNSa lo abrió el pasado 27 de agosto la Facultad de Humanidades, mediante Resolución 1218-09 de su Consejo Directivo que, por unanimidad y basándose en la carta de Pérez Esquivel del pasado 24 de junio a cada uno de los Rectores de Universidades Nacionales, entre otras razones, resolvió el doble rechazo de las prácticas delictivas, depredadoras y corruptas de esa explotación y de los dinerillos que le corresponden a la UNSa por ley 14771. Esa resolución fue propuesta por consejeros estudiantiles de esa unidad académica. Es decir, ni el Rectorado ni la presencia de Pérez Esquivel abrieron el debate: fueron los estudiantes de Humanidades y, con ellos, todo el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, sin excepción, a tal punto que el domingo subsiguiente apareció en debate la Sra. Rectora con la “tesis” de que hay que recibir el dinero porque así lo establece la ley (que nada establece sobre la recepción o aceptación, sino sobre la “repartija”, ver art. 18, c), y otras afirmaciones no transcriptas completamente por el diario El Tribuno (30.08.09, pg. 34). Entonces queda la pregunta de si se hubiera abierto el debate de no mediar este gesto humanista de Humanidades. Creemos que ni se hubiese abierto el debate, ni se hubiese invitado a Pérez Esquivel, pues ello debió haber ocurrido apenas se expidió el Nobel de la Paz con toda claridad sobre el deber del rechazo de los fondos, reitero, el 24 de junio y no recién después de la histórica resolución de los humanistas, en semanas estudiantil y de exámenes, es decir, sin estudiantes.
Hay muchos docentes, decanos y otras autoridades universitarias que instan al debate por el debate mismo, a los efectos de que no se resuelva con sentido neto, como instó en un principio el Premio Nobel y Doctor Honoris Causa de la UNSa, Pérez Esquivel. Se elude la relación aceptación del dinero y aprobación de las prácticas de lo que el poeta Ernesto Cardenal llamó “el pillaje del planeta” (en Cántico Cósmico, Trotta, Madrid, 1991, pg. 293). Se elude hacerse cargo de la aceptación social que significa la aceptación universitaria de fondos de la depredadora multinacional. Se elude decir con la claridad de la carta de Pérez Esquivel a los Rectores que hay una libertad que asumir respecto del dinero. Se elude relacionar la libertad académica frente a los compromisos legales presuntamente delictivos de las mismas universidades por participación ilícita de ganancias que significa recibir fondos de una actividad judicializada por delitos graves de contaminación y contrabando y, finalmente, se elude hablar del poder del dinero para doblegar voluntades el que, como ya cité en mi nota anterior,
“…da y quita el decoroy quebranta cualquier fuero,Poderoso caballero es don Dinero”. (Don Dinero, letrilla, de Francisco de Quevedo y Villegas, 1580-1645).
(*) Carlos María Pagano Fernández es Profesor y Licenciado en Filosofía por la UNSa (1978 y 1982 respectivamente) y Doctor en Filosofía por la Rheinsch-Westfälische Technische Hochschule Aachen (Aquisgrán), Alemania (1999).
Por Carlos María Pagano Fernández (*)
“Poderoso caballero/es don Dinero” (Fco. de Quevedo)
Neto y discreto: así pasó el viernes 18 por la UNSa. su Doctor Honoris Causa, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, invitado por el Rectorado para debatir la opción del Consejo Superior sobre los “dineros de muerte” como calificó él mismo a los legales dineros de Minera La Alumbrera para las universidades nacionales –entre ellas, la UNSa., añadiendo que es como recibir dinero del narcotráfico, también de muerte. Con esas afirmaciones, confirmó su posición escrita mediante carta a los rectores de esas Casas de Estudio (de junio pasado), con el comentario de que la universidad debe formar al estudiantado en la toma de partido en defensa de la vida de las comunidades a las cuales pertenece. Fue neto en su posición. En cuanto a qué debe decidir sobre ellos la universidad estatal salteña, dejó “abierto el debate” para que se estudie con sentido de búsqueda de una verdad que no pertenece a nadie, subrayando que él mismo no la tiene. Fue más que discreto, tratando de conciliar lo inconciliable, pues se sentía obligado, creemos, por los anfitriones. (Muy brevemente sobre el contexto de esos dineros, se puede ver en mi anterior nota al respecto, como por ejemplo: http://argentina.indymedia.org/news/2009/09/692198.php).
En realidad, el debate en la UNSa lo abrió el pasado 27 de agosto la Facultad de Humanidades, mediante Resolución 1218-09 de su Consejo Directivo que, por unanimidad y basándose en la carta de Pérez Esquivel del pasado 24 de junio a cada uno de los Rectores de Universidades Nacionales, entre otras razones, resolvió el doble rechazo de las prácticas delictivas, depredadoras y corruptas de esa explotación y de los dinerillos que le corresponden a la UNSa por ley 14771. Esa resolución fue propuesta por consejeros estudiantiles de esa unidad académica. Es decir, ni el Rectorado ni la presencia de Pérez Esquivel abrieron el debate: fueron los estudiantes de Humanidades y, con ellos, todo el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, sin excepción, a tal punto que el domingo subsiguiente apareció en debate la Sra. Rectora con la “tesis” de que hay que recibir el dinero porque así lo establece la ley (que nada establece sobre la recepción o aceptación, sino sobre la “repartija”, ver art. 18, c), y otras afirmaciones no transcriptas completamente por el diario El Tribuno (30.08.09, pg. 34). Entonces queda la pregunta de si se hubiera abierto el debate de no mediar este gesto humanista de Humanidades. Creemos que ni se hubiese abierto el debate, ni se hubiese invitado a Pérez Esquivel, pues ello debió haber ocurrido apenas se expidió el Nobel de la Paz con toda claridad sobre el deber del rechazo de los fondos, reitero, el 24 de junio y no recién después de la histórica resolución de los humanistas, en semanas estudiantil y de exámenes, es decir, sin estudiantes.
Hay muchos docentes, decanos y otras autoridades universitarias que instan al debate por el debate mismo, a los efectos de que no se resuelva con sentido neto, como instó en un principio el Premio Nobel y Doctor Honoris Causa de la UNSa, Pérez Esquivel. Se elude la relación aceptación del dinero y aprobación de las prácticas de lo que el poeta Ernesto Cardenal llamó “el pillaje del planeta” (en Cántico Cósmico, Trotta, Madrid, 1991, pg. 293). Se elude hacerse cargo de la aceptación social que significa la aceptación universitaria de fondos de la depredadora multinacional. Se elude decir con la claridad de la carta de Pérez Esquivel a los Rectores que hay una libertad que asumir respecto del dinero. Se elude relacionar la libertad académica frente a los compromisos legales presuntamente delictivos de las mismas universidades por participación ilícita de ganancias que significa recibir fondos de una actividad judicializada por delitos graves de contaminación y contrabando y, finalmente, se elude hablar del poder del dinero para doblegar voluntades el que, como ya cité en mi nota anterior,
“…da y quita el decoroy quebranta cualquier fuero,Poderoso caballero es don Dinero”. (Don Dinero, letrilla, de Francisco de Quevedo y Villegas, 1580-1645).
(*) Carlos María Pagano Fernández es Profesor y Licenciado en Filosofía por la UNSa (1978 y 1982 respectivamente) y Doctor en Filosofía por la Rheinsch-Westfälische Technische Hochschule Aachen (Aquisgrán), Alemania (1999).
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