miércoles, 27 de abril de 2011

Consideraciones sobre otra unilateralidad de Rectorado y un ataque a la militancia de género.

El lunes 25, los compañeros de ALUDIS(asociación de lucha por la diversidad sexual) estaban militando un cine debate y repartiendo materiales, cosa que no pasó desapercibida por el rector quien dirigiéndose a departamento de obras y servicios dejó la orden de que el personal de seguridad levantase la mesita. Ante esta arremetida los militantes de ALUDIS se dirigieron al CUEH. Desde allí fuimos a hablar de inmediato con cada responsable de esta acción de censura para exigir que se dé marcha atrás. El hecho es que... ¡nos dijeron que no tenían permiso!

Insólito e imperdonable: nunca se tuvo que pedir ninguna autorización a la dirección de la universidad, o cualquier otra de la institución, para debatir abiertamente las posiciones políticas e ideológicas de cada uno individualmente o de un determinado agrupamiento en el campus universitario. Y esto está marcado por la actividad constante de organizaciones sociales, de derechos humanos, de partidos u otros agrupamientos en la universidad, que en realidad no hacen más que traducir las discusiones propias de la situación política y social afuera del espacio físico de la casa de estudio. Quienquiera prohibir o regimentar esta actividad no esta tratando más que de aislar a la comunidad universitaria de la situación socio-política general y/o convertirla en un lugar de enclaustramiento o en su propio feudo.
Después de “Campear” al secretario general de la universidad, el Ing. Falú, e increparlo por la situación, se consiguió que se dejara de lado este ataque.


¿Pero que es lo que marca que diversos grupos militen abiertamente sus actividades y posicionamientos, en tanto una asociación de lucha por la diversidad sexual se ve censurada? Más allá de que haya agrupamientos con tradición que ganaron sus espacios, ya sea con lucha o con alianza frente a las autoridades, existe una determinada posición política retrograda de rectorado con respecto a los derechos de género*. Una posición que se encubre pero con la que se acciona aprovechándose del manejo camarillesco que tiene este grupo de los resortes de la universidad(seguridad), por eso luego no se nos quiso recibir para discutir sobre la irrealidad de este planteo de “pedir autorización”. No están dispuestos a discutir abiertamente con la comunidad universitaria sus posiciones, sino a seguir accionando de forma unilateral con favor de su manejo de la institución.
Como se ve en la ley de educación provincial o la injerencia en general de la iglesia en la formación educativa interfiriendo con la necesidad de una enseñanza de educación sexual, los que dirigen la sociedad y el proceso masivo de enseñanza no quieren romper con el oscurantismo como forma de sujeción de las mentes.
La agrupación estudiantil de rectorado, franja morada, debería plantearse seriamente su subordinación con esta camarilla tan Pre reforma del 18, es decir, oscurantista. Ellos, ”los reformistas”... más que nadie.


Ponemos en alerta al movimiento estudiantil de la necesidad de estar concientes de la forma en que se manejan estos grupos y estar listos para movilizarse independientemente para frenar nuevas arbitrariedades y ataque a los derechos como los que relatamos. El problema de enfrentar políticas reaccionarias y privatistas queda exclusivamente en nuestras manos. Así como no existe oposición a nivel nacional al gobierno que destruye nuestras condiciones de vida, en la universidad no existe oposición al rectorado que destruye nuestras condiciones de estudio. Prueba fehaciente de esto es la parálisis que parece afectar al llamado progresismo de la universidad para ponerle un alto a estas arbitrariedades y, más que nada todavía, su concordancia en la práctica de privatizar la educación por la penetración de la LES.
Po
r lo demás, si vamos con el tema de ataques contra la posibilidad de la consagración de un derecho masivo, el “progresismo” esta a la cabeza desde que aceptó los fondos enviados por minera La Alumbrera (un intento del gran capital minero de legitimarse social y académicamente frente a una sociedad que cada vez lo critica con mas severidad). O sea, recibir dinero de pulpos que desarrollan una actividad de inmensa de devastación del medioambiente y de saqueo, yendo en contra de una lucha generalizada y una opinión pública en contra de tal recibimiento, para esconder un tiempo más la miseria presupuestaria a la que se amoldan… Característica que comparten con Claros y su camarilla.


* El año pasado, cuando se votó en el consejo superior de la Universidad Nacional de Salta un pronunciamiento a favor de la aprobación de la ley del matrimonio igualitario, la camarilla que dirige rectorado elaboró una maniobra insólita: hacer constar en la misma acta que no estaban de acuerdo con el pronunciamiento, por ende, tampoco con la lucha democrática para mejorar las condiciones de vida de las minorías sexuales.

No sería la última vez que el rector claros y su grupo demostrarían su menosprecio, o directamente su oposición, a luchas de importancia fundamental para las libertades democráticas.

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