miércoles, 17 de junio de 2009

Revoluciones
En los sueños vivo eternamente, desconectado. En un baho de incesantes colores y olores, frutos de un arte que no pudo reflejar las ausencias. Un sopor de siesta de verano...calor pegado al cuerpo, veneno que mata voluntades y parece brotar de dentro. Mejor despertar a la muerte, de frente al dolor los ojos se tiñen de lluvia, con la sangre y el hambre de todos los días, en venas abiertas y estómagos ruidosos. Con serena paz me rasco bajo el yeso que me recordará el día en que deseé un auto...volver del médico a la noche y machado después de una mala noticia...auto por detrás y la mala suerte.
Me rasco con la paz de quien estuvo intentando que las cosas cambien, con la serenidad de quien conoce su condena...dejado a cumplirla. Letra por letra encamino las pasiones de quien me lee...para que la lucha sea tuya, como fue mía. Esto no es una derrota, más bien es saber acumulado, pulsión revolucionaria que espera...que se concentra. Lo real vuelve a mi, soy mortal...e indudablemente moriré acorralado en mi propio cuerpo, por este cancer que me legaron treinta años de trabajo con productos quimicos en las fincas de poroto y tabaco.
Ahora que algunos no vamos a estar, necesito saber que voy a servir, que estas palabras abrazarán algunos corazones, y los acompañaran hasta el final, cualquiera que ustedes elijan y consideren más digno.

Texto: Camilo Gil

1 comentario:

ranax dijo...

No sabia que publicaban textos de ese calibre, muy bueno. Otro, por favor.