domingo, 12 de junio de 2011

No a la asistencia obligatoria

Producto de la miseria presupuestaria, hemos visto proliferar durante estos años todo tipo de recortes y arbitrariedades que persiguen encorsetar el proceso educativo a este cuadro de austeridad: las comisiones y horarios son armados en función de la cantidad de docentes o aulas y no del cupo de alumnos, los viajes de campo no se efectúan en todas las materias que lo solicitan y son irregulares (un año sí, dos no…) y así un largo etcétera.

Son estas mismas condiciones la que no permitieron que los docentes tengan un seguimiento y evaluación personalizada de los estudiantes y que, a su vez, a estos se les haga cada vez más complicado cursar. Este fue el terreno abonado para la proliferación de la obligatoriedad de la asistencia a clases, pretendiendo así generar un mecanismo vago de evaluación, la “atención” de los estudiantes y, por qué no, una reducción de un cupo elevado de cursantes, difícil de manejar.

Ahora, como si esto no fuera suficiente, las autoridades de la facultad discuten un proyecto que reforma del reglamento de cursado para habilitar a los docentes a utilizar la asistencia obligatoria en las clases teórico-prácticas como condición para definir la regularidad o la promocionalidad (hasta ahora sólo los prácticos eran obligatorios). Esto, supuestamente, permitiría un mejor aprendizaje e “incentivaría” a los estudiantes a asistir. Pero es obvio que, sin solucionar los problemas estructurales en que se desarrolla el cursado, la iniciativa no alcanzará su objetivo y agravará aún más la situación porque ya la experiencia muestra que las regimentaciones sólo sirven para incrementar el poder del docente sobre el alumno pero nunca para mejorar la educación. Esta fue una conclusión de los reformistas del ’18, quienes se rebelaron contra una universidad feudal y escolástica que, a través del sometimiento a esquemas lógicos e incluso físicos sobre los “alumnos”, pretendía educarlos por repetición forzada y sistemática de los contenidos. Así, la política de destrucción educativa impulsada por el Kirchnerismo va convirtiendo a la Universidad en lo que fue hace un siglo, y todo esto con el beneplácito y la pasividad de progresistas y reformistas.

Además hay otro factor esencial en el que no se piensa ¿los estudiantes que no asisten a clase lo hace sólo por no entender su importancia? Si así fuera, la Universidad se debe una discusión a fondo de cómo retener a los estudiantes apelando a una lucha por la triplicación del presupuesto y a las mejores estrategias pedagógicas. Por otro lado tenemos muchos compañeros que tienen hijos (y no lugares en la guardería de la institución), otros trabajan, cuidan a algún familiar, etc. A pesar de eso lograron superarse, participar de los prácticos, aprobar parciales, coloquios… ¿Esos compañeros merecen quedar libres por inasistencia?


Como se puede ver, los estudiantes no tenemos porqué aceptar estas arbitrariedades ni una nueva. Por el contrario debemos movilizarnos al Consejo Directivo y rechazar la obligatoriedad de la asistencia en cualquiera de sus modalidades. Advertimos además que, mientras no se dé una lucha por los problemas de fondo, estas propuestas de filo regimentador van a ser cada vez más comunes.

Llamamos a los estudiantes a estar alerta ante la discusión de este proyecto en el Consejo Directivo y a movilizarnos el día de su tratamiento.

· No a la obligatoriedad de los Teórico-Prácticos, Teóricos y Prácticos.
· Presupuesto para que se contraten los profesores que hagan falta con un salario igual al costo de la canasta familiar para la categoría mínima.
· Que se aseguren cátedras paralelas para que los estudiantes puedan elegir entre diferentes visiones teóricas.
· Por apertura de comisiones de no más de 25 alumnos.
· Por fondos necesarios para viajes y trabajos de campos financiados integralmente por la universidad sin restricciones.
· Por libros y materiales de laboratorio e insumos didácticos que hagan falta para asegurar la unidad de teoría y práctica.
· Por becas masivas para asegurar las condiciones económicas para que los estudiantes puedan cursar.
· Ninguna regimentación en nuestros estudios.



El conocimiento debe contribuir a hacernos libres, no regimentarnos.

Arturo Borelli

Consejero Directivo por el Frente Todo un Palo (Independientes y UJS-PO)

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