De cara a la ASAMBLEA por el Boleto del próximo miércoles 05/09 a las 16 hs. en el mural, compartimos un documento elaborado desde la UJS, que ofrece elementos de balance sobre el último desarrollo de la lucha del boleto y las perspectivas que se abren para adelante.
Elementos de balance
sobre la lucha contra el aumento del boleto
1)- El
Gobierno de Urtubey ha impuesto nuevamente un aumento del boleto común y de sus
demás variantes a través de sustanciar el paso legal obligatorio de la
audiencia pública. Los límites de la movilización popular chocaron además con
la cohesión del conjunto del régimen y las facciones políticas burguesas que se
reivindican opositoras, ya que ninguna de ellas intentó consecuentemente poner
trabas en las ruedas a la política de tarifazo de Urtubey. (Véase como ejemplo
por la negativa, la oposición cerrada al “impuestazo” sobre el capital sojero,
o sea las retenciones móviles, en la crisis de la 125 en el 2008). El tarifazo y su descarga sobre el pueblo
es una política común de todas las facciones burguesas de derecha a izquierda
sin excepción.
2)- Sin
embargo, el aumento escalonado del boleto llevado adelante por Urtubey los
últimos 4 años, ahora entra en crisis con la medida del gobierno nacional de
congelar los subsidios al transporte de ahora en más. En un país con una
inflación anual promedio del 30%, es un llamado al tarifazo generalizado y de
mucha mayor envergadura. Tengamos en cuenta que hoy más del 65% de los ingresos
mensuales de SAETA provienen de subsidios nacionales y provinciales. Por lo
tanto el actual aumento del 25% del boleto solo tiene un impacto sobre el 35%
de los ingresos y de ahora en adelante el monto de un nuevo aumento deberá
determinarse sobre el 100% de los ingresos mensuales por todo concepto. La
única posibilidad de evitar un tarifazo más pronunciado es el reconocimiento de
la masa de subsidios por parte ahora del gobierno provincial. Esta es la
variante menos probable porque justamente el propio gobierno provincial tiene
menos condiciones que el estado nacional para mantener esta masa de subsidios
en el marco del agotamiento de sus cajas y de la crisis económica en
agudización. Urtubey no ha terminado de
imponer su tarifazo escalonado que ya está obligado a discutir uno de mayor
envergadura.
3)- La
lucha por el boleto se convierte entonces en una lucha de más largo alcance en
el tiempo, esto por la recurrencia y magnitud cada vez mayor de los aumentos.
Pero también adquiere una perspectiva más amplia, toda vez que el esquema de
funcionamiento de SAETA solo es viable con el actual esquema de subsidios tanto
provinciales como nacionales. La salida del esquema de subsidios, no solo
plantea un choque con la población usuaria, sino también con los grupos
capitalistas que solo pueden ser parte del negocio a través de la intervención
estatal mediante estos subsidios. Esta crisis obligadamente se traducirá en
crisis políticas ya que las diferentes facciones políticas burguesas no son más
que lobistas de grupos capitalistas. Este nuevo cuadro de situación genera
mayores condiciones para avanzar en la lucha contra el boletazo, pero también
esto dependerá de hasta que punto el conjunto del movimiento intervenga con una
posición más de conjunto ante la crisis planteada. De ahora en más debemos explicar que las subas del boleto expresan el
agotamiento del esquema SAETA y obliga a
que el movimiento de lucha oponga un planteo de conjunto a las diferentes
maniobras del gobierno y las facciones burguesas en esta crisis del sistema de
transporte. Levantamos nuestra
consigna histórica de “fuera los parásitos de SAETA” “Que ALE, AYNARCHA, Alto
Molino, etc. Se vayan a laburar” “Que SAETA se haga cargo de los corredores y
los ponga a funcionar bajo control de sus trabajadores”. Debemos intervenir con
esta perspectiva estratégica y explicarla sistemáticamente a los activistas que
se agrupan con nosotros.
4)- En la
actual lucha del boleto se han presentado viejas polémicas con nuevas formas
que merecen un balance. A diferencia de ocasiones anteriores esta vez ha sido
ADN Rebelde quien ha tomado la iniciativa de movilización en la universidad por
la cuestión del boleto. Rápidamente nosotros discutimos intervenir en el cuadro
generado por ellos y no paralelizar de entrada. Así, nos topamos con un intento
de acción aislada, efectista y desmoralizada. ADN sostiene que el aumento es
una fatalidad, que lo único que se puede hacer es que nuestra acción le genere
un “costo político” al gobierno y que la forma de lograr este objetivo era
hacernos reprimir al intentar un boicot. Este fue su planteo desde el inicio y
que de por sí es ridículo ya que el gobierno sabe cualquier aumento de tarifas
e impuestos es una medida que le resta apoyo popular y al tomar la medida ya
evaluó su “costo político”. Por otra parte, a menos que opinaran que en lo
inmediato, su acción iba a generar una insurrección que le cobre el “costo
político” a Urtubey, la única manera de que este pague ese costo es perdiendo
votos. Es decir que tenían una posición electoralista cuando falta por lo menos
un año para las próximas elecciones. Con esta caracterización rechazaron
sistemáticamente que la lucha contra el aumento del boleto se encuadre en una
política general de tarifazos y más aun que sea la expresión de toda una crisis
de régimen (el de subsidios).Para esto tomaron un eje de impugnación de las
fuerzas políticas que podrían, aunque sea contradictoriamente ser aliadas en
esta lucha, en nombre de que las mismas con el PO a la cabeza, son aparatos
regimentadores y usurpadores de la lucha popular. Además fingieron esta
posición faccional y de aparato autoproclamándose “asamblea ciudadana”. Sin
embargo no fueron capaces de movilizar a nadie más que a sus propias fuerzas
(su aparato) y a 2 estudiantes independientes. Muy por el contrario, la
posición de la UJS-PO
fue la de entender el agravio del gobierno como una política de conjunto contra
toda la población y la expresión de una crisis de régimen que plantea episodios
más potables para la movilización popular y estudiantil contra el boletazo. De
allí se desprendía un llamado a la movilización al conjunto del pueblo, pero
sabiendo que una movilización general no dependía solo de nuestro llamado sino
del estado de ánimo y la evolución política más general de las masas sobre la
propia crisis. Dimos la lucha por esta movilización como tarea general y nos
dedicamos a la organización de nuestras propias fuerzas y periferia y
convocamos a todas las fuerzas que de una u otra manera acuerden con el
desarrollo de esta lucha. Desde allí sorteamos la asamblea fantasma que
proponía ADN y le opusimos un llamado a todas las fuerzas que lo tomaran un
frente único para impulsar una movilización popular contra el boletazo y el
conjunto de los tarifazos, denunciando al gobierno que los aplica. La capacidad de movilización y agitación
mayor que produjo nuestro método es indiscutible: se movilizaron junto con
nosotros y sobre la base de un acuerdo político de fuerzas, las juventudes de
SUR, el PCR, el MST, la CCC
y hasta ADN mismo que en principio rechazó. Por nuestro lado se movilizaron
además, estudiantes secundarios del Polivalente de Arte, el Tomás Cabrera y la Técnica 2. Solo impulsamos
y nos movilizamos por una asamblea como ámbito de decisión cuando esta es la
expresión real de un movimiento y de una participación popular por fuera de las
fuerzas organizadas. Una reunión de los militantes ya agrupados en diferentes
fuerzas no es una asamblea. Muy por el contrario, se convierte en una lucha de
aparatos por imponer su posición uno sobre otro, por lo que combatimos esta
posición impulsada justamente por los que dicen combatir las “aparateadas”.
5)- Otro punto fundamental que se desprende de
esta caracterización es la cuestión sobre nuestra posición ante la audiencia
pública. Nosotros llamábamos a movilizarnos contra ella como una instancia más
de denuncia contra el boletazo y que dependiendo de la movilización generada se
debía discutir la posibilidad del boicot, ya que la no sustanciación de la
audiencia dejaba al gobierno sin la posibilidad de imponer el aumento, al ser
esta una instancia formal previa y obligatoria para habilitar el boletazo. ADN
llamaba al boicot, no porque quería evitar el boletazo, sino que partiendo de
que era inevitable, lo único que se podíamos generar era “hacer pagar el costo
político al gobierno”. Esta posición fue rechazada en las reuniones, al igual
que la de estrechar la denuncia solamente al aumento del boleto. Sin embargo,
ADN el propio día de la audiencia rompió los acuerdos y se lanzó a una acción
propia, escindida del resto de las fuerzas para provocar un boicot. Esto
terminó en una escaramuza con la policía, que si llegaba a la represión
lógicamente no se iba a detener solamente sobre ADN sino que iba a avanzar
sobre todas las fuerzas movilizadas. Claramente una actitud aventurera e
irresponsable. Mientras ADN y estos 2 independientes tomaron esta posición
lumpen, la UJS-PO
se dedico a denunciar públicamente al gobierno y sus métodos, llamando a la
población a la movilización contra este, los tarifazos en curso y los que se
vienen. Lo mismo hicieron los compañeros secundarios que se movilizaron junto
con nosotros. Los que denuncian a los
aparatos y ven aparateadas por todos lados, aparatearon al movimiento
imponiéndoles su concepción cuando este las rechazó explícitamente.
El
resultado fue que la población que no intervino en la movilización, escuchaba
por un lado la posición del gobierno que denunciaba la movilización estudiantil
como inexpresiva y montándose en la acción foquista de ADN, tildándola de
violenta. Peor aun cuando ADN propinó una golpiza a un periodista en nombre de
haberlo confundido con un “funcionario”. En resumen, la acción de ADN dio leña
a la propaganda reaccionaria de los medios oficiales y el gobierno, mientras
que la UJS-PO
se dedicó a disputarle la opinión pública al gobierno defendiendo la
movilización y denunciando el tarifazo. Es claro que la posición que genera
mejores condiciones para una movilización más general contra el tarifazo es la
nuestra, mientras que la posición de ADN contribuye al aislamiento del
movimiento. Una posición desmoralizada y desesperada, solo provoca
desmovilización y aislamiento. Es
necesaria una acción de respuesta del movimiento contra el gobierno,
denunciándolo por la represión contra los estudiantes y por el aumentazo y
denunciando su intento de embarrar la cancha para justificarse por la represión
y aislar a los que luchan contra el boletazo.
6)- Con la
aplicación de los tarifazos del gobierno, las audiencias públicas se levantaban
como una válvula de escape para la población que se oponía al aumento y evitar
que esta se movilice con el afán de quebrar el tarifazo. Al no ser vinculantes,
claramente la población dejó de ver en ellas una posibilidad de intervención.
Esto es lo que explica su actual vaciamiento. Sin embargo la posición correcta
que se desprende de esta experiencia, no es la de exigir que la audiencia
pública sea vinculante ya que de todos modos eso llevaría al gobierno a una
lucha pos su copamiento, tal como es la lucha por el copamiento de los cuerpos
legislativos burgueses por sus diferentes partidos políticos. Es decir que las
masas no se hubieran ahorrado una lucha contra el gobierno y los partidos del
régimen, todo lo contrario. Tanto ayer como hoy el problema político
fundamental pasa por producir la movilización popular necesaria para quebrar la
política del gobierno y hacerla intervenir en los ámbitos que sea necesario,
independientemente de sus formas. Sin
embargo, hoy contamos con una evolución: la posibilidad de quebrar, por lo
menos momentáneamente un aumento de tarifas determinado, a través de evitar la
sustanciación de la audiencia pública, se presenta más claramente para las
masas ante el agotamiento de su expectativa en la mera denuncia en el marco de
la audiencia no vinculante. Esto quiere decir que hoy debemos mostrarle esta
perspectiva a la población y sobre la base de esta posición llamarla a movilizarse
contra la audiencia. La posición de ADN y los 2 independientes, genera una
nueva mediación (audiencia vinculante) que obligaría a anteponer a la lucha
contra el tarifazo la lucha por el carácter vinculante de la audiencia, sin que
esto asegure la posibilidad de frenarlo.
7)- Las diferencias con ADN y con los 2
independientes que reagrupan en los que ellos llaman asamblea, no tienen nada
que ver con la forma partido o las formas de lucha. Aun si concediéramos a la
absurda tesis de que la forma partido es el problema de los movimientos de
lucha, la discusión ni siquiera ha llegado allí, sino que por el contrario ha
quedado todavía en el ámbito de caracterización del cuadro de lucha, las tareas
que se derivan de este cuadro y el programa que debemos levantar (es decir
consignas y planteos expresadas en las tesis 1 a la 6). Recién una vez
resuelto este tipo de debates, se puede hablar sobre las formas y métodos organizativos. Hoy en día encerrarse en ese
tipo de discusiones en un señuelo para evitar asumir las tareas concretas que
plantea la lucha en curso; su rol concreto es reaccionario. Por eso es el
propio régimen quien presenta la lucha como la acción de un partido con
intereses particulares a los de las masas; ellos en vez de combatir esta
posición, ceden ante ella y desarman al movimiento de posición política
independiente, dejándolo indefenso ante la cooptación. La idea de que los
partidos deben bajar sus banderas es la máxima expresión de esta claudicación
ante el Estado.
Por otro lado, las formas de lucha y
organización que impulsamos son todas aquellas que las propias masas adopten en
sus luchas. El marxismo revolucionario parte de la modesta posición de tomar e
impulsar todas las formas de lucha en tanto estas sean la expresión genuina de
intervención creativa de las masas y nos oponemos a imponerles formas predeterminadas. Ya lo hemos demostrado con nuestra
intervención en el movimiento piquetero y la lucha política que dimos por su
independencia política y organizativa. Lo contrario, es propio de las
tendencias pequeñoburguesas, que por fuera de la historia y experiencia de
lucha de las masas, buscan la fórmula mágica que insurreccione al pueblo y,
claro, los ponga a ellos como su dirección indiscutida. Para esta concepción
todo lo demás es totalitario o “de aparato”, aunque a en este caso lleguen al
absurdo de ser ellos una minoría que hasta perdería una votación ante nosotros.
Nuevamente los anti “aparato” son los que intentan imponer y aparatear al que
se le cruce.
26/07/12