El 24 de marzo se desarrolló con una agenda político-mediática centrada en el reforzamiento del aparato represivo y con un fuerte cuestionamiento sobre los derechos humanos que tomo expresión con la raquítica marcha realizada el 18 de Marzo (apenas 7000 personas). En la capital del país se realizaron dos actos. Por un lado el oficialista , en donde participaron organizaciones de derechos humanos que repudiaron a la derecha gorila pero sin ningún tipo de reclamo hacia la política de los K, por otro lado, se movilizaron los partidos de izquierda y organizaciones sociales quienes criticaron duramente la demagogia kirchnerista y las expresiones de mano dura que se vienen desarrollando. Los medios de la burguesía buscaron de todas maneras acallar la magnitud de este acto, ya que en el mismo se puso en el tapete la crisis financiera internacional, los despidos masivos y el desmantelamiento del aparato represivo. Los “informantes de las clases dominantes” pretenden ocultar la complicidad de la policía en el narcotráfico, en las redes de trata, en los secuestros extorsivos, en la represión a todas las luchas de los trabajadores e impedir que se instale la discusión sobre problemas estructurales de la sociedad.
Es una obviedad que las fuerzas policiales actúan como verdaderas mafias organizadas, sin ir mas lejos en la provincia de Salta el conflicto policial desarrollado hace un mes fue la expresión del quiebre que existe al interior de estos, la burguesía junto a sus medios intentan legitimar a estas bandas descompuestas por que la creciente pauperización de las masas seguramente llevaran a enfrentamientos mas profundos entre las clases sociales y la represión de la protesta social necesitará tener un cuerpo especializado para que no “se les vaya de la mano” el control social.
Mientras se discute si hay mas policías en las calles para “mantener la paz social” existen 12,5 millones de pobres, 5,6 millones de indigentes y 6,3 millones de menores de 18 años pobres ¿De que inseguridad hablan estos señores? Los inseguros son los millones de argentinos que no saben si mañana sus hijos podrán comer. No se puede discutir una problemática de estas características si no es tomado como una expresión de la descomposición del régimen social en el que vivimos, en el cual a medida que se desarrollan las contradicciones millones de personas están siendo excluidas. Es en primera instancia el gobierno y sus políticas sociales los que generan inseguridad en la población, en complicidad con la policía (su brazo armado) que reprime a los jóvenes en las barriadas populares, que vende paco a los pibes y coarta las libertades democráticas de los ciudadanos.
Nuestra provincia no esta ajena a los abusos policiales, el martes 24 a la madrugada fueron detenidos un grupo de estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta por pintar “NUNCA MAS”, a estos chicos se los trato como en la época de la dictadura y se les abrió una causa penal. ¿Quien realizo esto? La policía del Gobierno de Urtubey, la misma policía que reprimió a los docentes en la noche de las tizas. Si alguien tiene esperanza en que estas personas pueden ofrecernos seguridad deberían reflexionar sobre la tarea que tienen que cumplir históricamente en esta sociedad. Su rol es el de cuidar “el orden”. El orden de esta sociedad basada en la explotación y opresión de millones de personas, su función social es defender los intereses de la clase dominante, es decir, la propiedad privada de los medios de producción. Es por esto que no existen expectativas mientras sigan siendo los guardianes de este sistema. El 24 es, fue y será un día de lucha para decir “NUNCA MAS”, pero también para reafirmar que solo existe una salida de conjunto: expropiar a los expropiadores. Solo de esta manera ya no habrán desaparecidos, ya no se cuestionara al pobre por ser pobre, se permitirá la libre expresión de la juventud y se practicara una verdadera democracia en donde los poderosos no tendrán voz ni voto.